jueves, 20 de diciembre de 2007

Encuesta revela que los bogotanos creen en la democracia pero son escépticos y no participan


Condenan el maltrato y defienden la vida pero en términos de tolerancia tienen contrastes: sí al respeto a los homosexuales, pero pocos quieren vivir cerca de alguien que profese otra religión. Al imaginario de que los bogotanos son fríos y calculadores, aunque amables y respetuosos, habría que agregar que, en últimas, individuos llenos de contrastes.

Ese es, a grandes rasgos, el perfil que del habitante de Bogotá que podría construirse a partir de la 'Encuesta de culturas 2007', que acaba de concluir el Observatorio de Culturas de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte y que se realiza bianulamente desde el 2001.
El estudio, que consultó 6.065 personas a partir de los 13 años y que llevan viviendo en la ciudad al menos seis meses, revela que el 71,9 por ciento de los residentes en la capital prefiere la democracia a cualquier otro tipo de gobierno; el 67,5 por ciento rechaza la dictadura bajo cualquier circunstancia y más del 70 por ciento no está de acuerdo con prohibir la protesta pública o censurar a quienes critiquen al gobierno.
Y aunque mayoritariamente (56 por ciento) los capitalinos consideran que es a través de la participación en la toma de decisiones como se puede garantizar una verdadera democracia y evitar abusos de poder, a la hora de la verdad son pocos los interesados en hacer parte de algún grupo o movimiento, porque no saben cómo hacerlo (26,7 por ciento), creen que no sirve para nada (15,9) o los espacios de participación están controlados por los políticos (11,3).


Una amplia mayoría (39,7 por ciento) pertenece a una iglesia; le sigue de lejos el club deportivo (8,8) y las organizaciones artísticas (4,4).
"Aunque la gente no ve la utilidad de participar, hay que resaltar que sí se ha consolidado un estado liberal, de democracia representativa, aunque aún estamos lejos de lo dispuesto por la Constitución del 91", afirma Otty Patiño, coordinador del estudio.


En el mismo sentido, no deja de llamar la atención que un alto porcentaje de bogotanos (55,7 por ciento) asocia la palabra 'política' a cosas negativas (corrupción , engaño) y sin embargo se muestra contrario a que se cierre el Congreso el 53 por ciento.

A la hora de examinar las conductas que asumen los ciudadanos, léase comportamientos con la ciudad y nivel de tolerancia frente a los demás, los habitantes de Bogotá tienen claro que arrojar basuras a la calle es lo que más daño le ocasiona a la capital (34,6 por ciento). Le siguen hacer necesidades fisiológicas en la calle (10,9); no recoger excrementos de las mascotas (10,2); la invasión de ventas ambulantes en los andenes (9,4) y poner equipos de sonido a todo volumen (7,5), entre otros.

Entre el 60 y el 85 por ciento de los hombres y mujeres consultados afirma que no les gustaría tener de vecino a personas vinculadas con el conflicto armado: guerrilleros, narcotraficantes, paramilitares, ex guerrilleros o ex paramilitares.
Lo curioso es que un 12,4 por ciento tampoco quiere de vecino a personas que pertenezcan a una religión distinta a la suya, que sea de un color distinto (3,5), de otra región del país (3,5) o de otro país (3,2).


En contraste, frente a la población LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas), que hasta hace poco seguían siendo un tema tabú en la capital, un 82,4 por ciento de los ciudadanos considera que tienen los mismos derechos que cualquier otro ciudadano, pese a que más del 50 por ciento no desea tenerlos como vecinos.
Otros datos reveladores de la encuesta 48 de cada 100 personas se movilizan en buses, busetas y colectivos, 17 de cada 100 a pie y 17 de cada 100 en TransMilenio.


Entre una lista de nueve tipos de personas a las que no les gustaría tener como vecinos, los encuestados señalaron: drogadictos (79,61) y alcohólicos (79,46), seguidos de indigentes (70,49), prostitutas (69,07), alguien reconocido por corrupto (64,13) y a homosexuales (57,44).
El 70,4 por ciento de los encuestados dijo que llama a las autoridades si ve que una persona está golpeando a su pareja.


El 52,64 por ciento de los encuestados declaró no saber a qué partido pertenece el alcalde de Bogotá. Solo el 37,05 por ciento respondió que el Polo Democrático.
El 62,26 por ciento de las personas no cree que el derecho a la vida está plenamente garantizado.


El 23,82 por ciento de los encuestados declaró que no disfruta >la oferta cultural de la ciudad por falta de tiempo.

Solo 16 de cada 100 personas se mostraron partidarias del aborto.
Una ciudad de incumplidos


Entre los datos curiosos, y preocupantes, a la vez, están los siguientes:

El 88,2 por ciento aseguró que casi nunca o nunca la gente en Bogotá cumple acuerdos o tratos que pacta con otras personas.

Por eso un 45 por ciento de los encuestados reconoció que prefiere no hacer acuerdos con nadie.

Solo el 17,2 por ciento se preocupa por averiguar la causa del incumplimiento y 22,5 dice que reclama enérgicamente al incumplido.

El 23,3 por ciento se olvida del asunto y el 11 por ciento le retira la amistad o la confianza al incumplido.

Fuente: eltiempo.com, Diciembre 20 de 2007.

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