jueves, 25 de agosto de 2011

Desarraigo

Retumba una voz, agudo es el reclamo y profundo el sentir, más allá de la parálisis el desarraigo, la pérdida de territorio conocido. El trasegar de una vida que no se encuentra, el resonar de un respiro entrecortado, el párpado que nunca descansa. No es sólo el metal que ataca ni el grito seco que se levanta, es la tierra misma que tiembla, se desgarra y sin más se transforma en recuerdo, evocación, nostalgia…

La guerra pervive, es la sangre que se congela, el horror que baña las palabras, el aroma de un camino desconocido… es el sentir de la fibra más delicada que habita el cuerpo, la huida de un sollozo, el desnudar permanente de una lágrima…. En la línea negra de este pensamiento hay urgencia de adentrarse en el pálpito mudo de una pregunta que no se nombra, que no se contesta…

Paso a paso se construye el andar y con ello el suelo que se pisa; las heridas no cierran tampoco se curan, ya ni sangran… brotan suspendidas en el aire, viajan encerradas en una mentira, en una duda, en el olvido…

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